POR: ANA LAURA DE ANDRÉS
En los últimos años de la escuela secundaria me veía atravesada por preguntas que encontraban un indicio de respuesta en la Antroposofía. ¿Cuál es la función del arte en el mundo? ¿Necesitamos que existan las manifestaciones artísticas? Posteriormente, habiendo elegido la arquitectura como mi campo de acción, surgía otra: ¿cómo se modifica la arquitectura al ser atravesada por la Antroposofía en la inspiración, en la relación entre la Naturaleza y el arte, en el proceso creativo?
En búsqueda de respuestas, al terminar mis estudios universitarios, viajé a Europa en 2014. Paré una semana en Dornach, comuna suiza en donde se encuentra el Goetheanum, hogar de la Escuela de Ciencia Espiritual y la Sociedad Antroposófica. Durante esos días había “casualmente” una reunión de arquitectos relacionados al grupo IFMA (International Forum Mensch und Architektur, o Foro Internacional Hombre y Arquitectura), discutiendo sobre arquitectura orgánica y antroposófica. No es fácil definir estas orientaciones; Rudolf Steiner escribió sobre ellas, pero posiblemente no lo suficiente como sí lo hizo en otras ramas.
Una de las personas que conocí durante esos días fue Johannes Schuster, uno de los fundadores de la escuela Waldorf Little Yarra Steiner School en las afueras de Melbourne, Australia (1). Como maestro fundador y luego administrador, diseñó el edificio de la escuela durante un período de veinte años. Su objetivo para la arquitectura de la escuela fue darle expresión a los principios y los momentos del currículum de la educación Waldorf. Así, cada sala de clase en la primaria, por ejemplo, fue diseñada para reflejar la evolución del plan de estudio y la expansión de la conciencia de los estudiantes a medida que progresan de año en año. Cuando un arquitecto conectado con el movimiento de arquitectura orgánica de Europa visitó la escuela, esta fue mostrada en una publicación de arquitectura y también formó parte de una muestra de arquitectura orgánica que expuso, entre otros lados, en el Goetheanum (2).
Schuster desarrolló un fundamento teórico y metodológico fundado en la Antroposofía para este tipo de diseños. Está basado en el lenguaje de la forma hablado por la Naturaleza. Llamó a este enfoque Biosculptural Architecture (Arquitectura Bioescultural) (3). Su interés e investigación durante varios años fue enfocado en las señales formativas de las fuerzas etéricas de vida y cómo estas se relacionan con los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra) y las cuatro fuerzas físicas asociadas. Son estas fuerzas que forman la particular matriz que él describe como “La Arquitectura de la Belleza Universal”.
Durante una reunión en el Goetheanum, en donde también estaba la directora de la Sección de Artes Visuales, surgió la idea de organizar un encuentro en el que Schuster ofreciera parte del seminario que ya ofrecía en Australia en una semana en forma concentrada (en lugar de la modalidad que daba en Melbourne que era diferentes encuentros durante uno o dos años). Así fue como en 2015 se llevó a cabo el encuentro. Conversando con Johannes Schuster surgió una nueva idea: realizar su seminario en la Argentina, para facilitar el encuentro a quienes tuvieran dificultades para viajar a Dornach por distancia y por idioma. La idea se concretó en un seminario que tendrá lugar en Buenos Aires entre el 16 y el 28 de septiembre de 2016, bajo el nombre “Hacia un lenguaje de las formas en la Naturaleza. Los cuatro éteres como puente entre espíritu y materia” (4). La “Arquitectura de la Belleza Universal”, como Johannes presenta el tema, es una investigación espiritual y una iniciativa de educación referidas al arte y la arquitectura como fuerzas potenciales para lo “bueno, bello y verdadero” en el mundo. Durante la construcción del primer Goetheanum, Steiner decía en una de sus conferencias: “Es probable que nuestro edificio no será capaz de alcanzar plenamente su objetivo; de hecho sólo estamos apuntando a un principio primitivo. Sin embargo, si la cultura humana es capaz de tomar lo que se expresa en nuestro edificio y desarrollarlo; si las ideas que subyacen a este tipo de obras de arte encuentra seguidores, entonces las personas que se dejen impresionar por estas obras de arte y quienes han aprendido a entender su lenguaje, nunca harán el mal a sus semejantes, ya sea en el corazón o el intelecto, porque las formas del arte les enseñará a amar; aprenderán a vivir en armonía y en paz con sus semejantes. La paz y la armonía se verterá en todos los corazones a través de estas formas; estos edificios serán “Dadores de Leyes” y sus formas serán capaces de lograr lo que instituciones externas nunca pueden lograr.
Aunque muchos estudios apunten a la eliminación de la delincuencia y a las acciones malas en el mundo, la verdadera redención, la transformación del mal en bien en el futuro dependerá de si el verdadero arte es capaz de verter un líquido espiritual en los corazones y las almas de seres humanos. Cuando los corazones y las almas de los hombres estén rodeados por los logros de la verdadera arquitectura, la escultura y otras artes similares, dejarán de mentir si sucede que están inclinados a faltar a la verdad; dejarán de perturbar la paz de sus semejantes si esta es su tendencia. Los edificios y construcciones comenzarán a hablar, y en una lengua de la que la gente de hoy no tiene ningún tipo de indicio” (5). El seminario estará basado en la noción de que los efectos morales (como diferente de “moralizador”) de los que habla Rudolf Steiner en la cita anterior están conectados con la experiencia de la “Belleza Universal.” ¿Por qué la mayoría de la gente encuentra la Naturaleza “universalmente” bella, mientras que las opiniones sobre los trabajos de arte hechos por el hombre están divididas? Por otro lado, existen creaciones artísticas –las llamadas “grandes obras de arte”– que la mayoría de la gente encuentra bellas. ¿Por qué? Schuster propone que la respuesta se encuentra en la conexión con el espíritu. A partir de allí, ¿cómo pueden los artistas y arquitectos empezar a verter tal “fluido espiritual” en sus creaciones? ¿Cómo se puede elevar lo que es meramente funcional y utilitario a una esfera superior? ¿En dónde reside el puente artístico entre espíritu y materia, inspiración y manifestación, arriba y abajo? Estas son algunas de las preguntas que se trabajarán, tratando principalmente de compartir la búsqueda de la respuesta.
Para más información sobre el seminario: fb/ Seminario Antroposófico AUB
seminarioantroposoficoaub@gmail.com
REFERENCIAS
1. Para más información sobre Johannes Schuster entrar a http://biosculpturalarchitecture.com/about/
2. Para detalles sobre el proyecto consultar http:// www.fourhares.com/pdfs/TIFBA.pdf
3. http://biosculpturalarchitecture.com/showcase/
4. Para más información sobre el seminario: seminarioantroposoficoaub@gmail.com; Facebook: Seminario Antroposófico AUB
5. Rudolf Steiner, “Ways to a new style in architecture”. Puede consultarse en: http://wn.rsarchive.org/Lectures/GA286/English/APC1927/WA1927_index.html
Sobre la autora
Ana Laura de Andrés es egresada de la escuela Waldorf Perito Moreno de la Argentina. Es arquitecta (UBA) y ayudante en la materia Proyecto (cátedra Eduardo Maestripieri), del último año de la carrera (FADU, UBA). Integra la Sección de Jóvenes Argentina. Trabaja en forma independiente en Arquitectura Xilema. Contacto: aldeandres@gmail.com
Las opiniones expresadas son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de Revista Numinous.