POR: Manuela Ferreira
La verdadera educación consiste en sacar a la luz lo mejor de cada persona.
Mahatma Gandhi
Al momento de pensar un tema para el Trabajo de egreso del Profesorado con orientación Waldorf “Perito Moreno” (1), reflexioné que mi principal objetivo era acercar los aportes de la pedagogía Waldorf a aquellos que desconocen la Antroposofía. Pensé entonces en integrar autores dentro y fuera de la Antroposofía en un proyecto donde aparecieran los puntos esenciales para conformar un diseño curricular para el nivel inicial. Desde dicha premisa dividí el proyecto en dos partes, ambas bien integradas: 1) Un marco general que funcionara de columna vertebral para la educación en jardines de infantes y 2) una propuesta de un recorrido por los diferentes momentos dentro del jardín de infantes, modificable y abierto a la creatividad personal de cada maestro.
1. MARCO GENERAL
EL MUNDO SE INSCRIBE EN EL CUERPO
Durante el primer septenio el niño se encuentra abierto completamente al mundo. Con confianza ilimitada se deja llevar por lo que experimenta sin ser capaz de discriminar lo moralmente bueno de lo malo. Todo pasa por el cuerpo; el niño pequeño es un ser sensoriomotriz. Por eso, cuando mediante las impresiones sensoriales externas experimenta vivencias de gozo, el niño se sentirá a gusto en su cuerpo y se expandirá. Estas experiencias lo llevan a percibir al mundo como bueno, lo cual es decisivo para una percepción moral en la vida. Necesita un nido: calor, cobijo, protección, un horario establecido de comidas y sueño y, sobre todo, amor. Con ello el niño va ampliando sus límites poco a poco. Tiene una confianza pura y natural que le es innata. La relación que predomina con el mundo es la que va de afuera hacia adentro. El niño pequeño se halla en un momento de gran inhalación.
El biólogo Bruce H. Lipton diferencia el subconsciente y la conciencia. El primero permite que un organismo mida y responda a condiciones inmediatas de su medio ambiente, mientras que la conciencia nos permite pensar y medir las consecuencias de lo que hacemos respecto a cómo impacta tanto en este momento como en el futuro. La conciencia también nos permite darnos cuenta de nuestra identidad personal. Gracias a ella podemos reflexionar y revisar lo realizado.
La mente subconsciente es un gran procesador de información que puede grabar y reproducir programas. El 95% de nuestras acciones, decisiones y emociones vienen del subconsciente. Según Lipton “nuestro destino está bajo el control de las expe riencias preprogramadas manejadas por la mente subconsciente” (2). Nuestra conciencia está limitada para cumplir múltiples tareas, proporcionando alrededor de un 5% de la actividad cognitiva. La ciencia ha demostrado que como adultos debemos ser dignos de ser imitados.
LA EMOCIÓN ES COMO EL TERMÓMETRO DEL ALMA (SOFÍA GONZÁLEZ PEREIRA) (3)
La formación de valores y hábitos, al tiempo que el reconocimiento de los sentimientos propios y ajenos, son aprendizajes de todos los días en el Jardín de Infantes.
Daniel Goleman desarrolló el concepto de “inteligencia emocional” (4), que de alguna manera viene a comprender lo que Howard Gardner llamó inteligencia intrapersonal e interpersonal. También Sofía Pereira enfatiza la importancia de conocer las emociones. Cuando el niño está enojado o triste, nunca debemos decirle que no lo esté. Simplemente hay que dejarlo expresarse y confirmarle que hemos recibido su comunicación. Aceptar su emoción, permitirle desahogarse sin juicio le permitirá luego encontrar una salida por sí mismo. Violet Oalander explica que la represión de las emociones se conecta con la absorción de introyectos negativos, concepto introducido por Fritz Perls (5). La introyección es un mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros patrones, actitudes, modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. Los pasos esenciales, pues, son reconocer la emoción, aceptarla y elegir cómo expresarla.
LA PALABRA DEBE SER VESTIDA COMO UNA DIOSA Y ELEVARSE COMO UN PÁJARO (PROVERBIO TIBETANO)
Los niños, inconscientemente, durante sus primeros años, van aprehendiendo las reglas lingüísticas a través de la imitación de los ejemplos que tienen a su disposición. Por ello la formación en el nivel inicial debe considerar no sólo el diálogo, sino también rondas, rimas, canciones y cuentos, estableciendo implícitamente las bases para la facultad de la escrito-lectura en los años venideros. Es fundamental que siempre hablemos con veracidad, que nuestros actos correspondan a nuestra palabra. La ironía, las bromas con doble sentido, no son propias del niño pequeño; por ello debemos tener mucho cuidado respecto a nuestro modo de hablar frente a ellos. El lenguaje no es únicamente verbal, también el cuerpo habla. De allí la importancia de detenernos a escucharlos con paciencia, así como hablarles sin ansiedad y buscando su mirada. El transmitir serenamente nuestros pensamientos y sentimientos le ofrece un ejemplo al niño para comportarse en la vida. El frenar para escucharlo o comunicarle algo indica que lo consideramos importante, que nos interesa lo que tiene para decirnos. El lenguaje del niño es muy distinto del adulto. Cuando les hablamos con imágenes, ellos comprenden más que con largas explicaciones teóricas.
SEAMOS EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO (MAHATMA GANDHI)
Es esencial cultivar la mirada retrospectiva. Observar cuestionándose qué es lo que los niños reflejan y cómo fue nuestro comportamiento. Asimismo preguntarse sobre el niño y su desarrollo, cómo modificarse para acompañar al niño en su camino evolutivo. La autoeducación es uno de los fundamentos de la formación.
POR OTRA PARTE, SIENTO ANTIPATÍA HACIA TODO LO QUE SOLAMENTE ME INSTRUYE, SIN INCREMENTAR O VITALIZAR MI ACTIVIDAD (J. W. GOETHE)
Es en sus primeros años, que los individuos deben conquistar las habilidades sociales. Para ello es fundamental establecer normas en torno a la convivencia con pares y en función de una tarea común. Poco a poco el niño irá comprendiendo que hay un otro. El niño aprende a soltar porque confía que luego se le volverá a dar, formándose así las primeras nociones sobre los derechos y responsabilidades de cada uno, la reciprocidad.
El Jardín ofrece una visión de la diversidad social y cultural que el niño rara vez logra en su casa. Por ello es primordial cultivar la apertura y comprensión alejando el prejuicio de la mirada del niño. Cada niño es único. El respeto por la diversidad es necesario inculcarlo para una mejor convivencia y aprendizaje. La diversidad siempre es beneficiosa para los niños y debe ser sostenida por el equipo docente y la escuela. Los niños disfrutan cuando uno dice con certeza lo que se va a hacer a continuación. Primero realizamos la acción y, mientras transcurre, lo conducimos con las palabras.
En el nivel inicial es valioso acompañar con la palabra todo lo que uno hace. En el Jardín de Infantes no damos órdenes a los niños. Lo que el maestro debe hacer es crear un puente entre una actividad y la siguiente creando un clima de cambio rítmicamente, con imágenes.
LOS ESPACIOS DEBEN INVITAR A DESCUBRIR TANTO EL PROPIO CUERPO COMO EL ENTORNO Y LA NATURALEZA
El jardín de educación inicial es un gran hogar familiar, un espacio en el que el niño se siente contenido y cuidado. Idealmente es necesario un espacio amplio y con luz natural. Techos bajos, colores claros (si es posible rosado, color que el niño percibe cuan do se encuentra en el vientre de su madre) y materiales nobles que lo acojan. El niño pequeño necesita un lugar familiar, sentirse abrazado por el ambiente. Un Jardín debe parecerse lo más posible a una casa. Para ello se requiere disponer de una cocina integrada al sector donde ellos juegan. Mesas y sillas de madera donde sentarse junto con los maestros, camitas para dormir si están muy cansados y un parque donde disfrutar de expandir sus posibilidades de movimiento.
EL CALOR DE UN NIDO
El niño pequeño, recién llegado a la vida, se encuentra en una constante adaptación al medio. Debe aprender a moverse en un cuerpo que está descubriendo, aprender códigos de convivencia, un amplio lenguaje de símbolos, los aspectos anímicos y físicos del mundo que lo rodea. Ante la inmensidad de estímulos y requerimientos externos se encuentra la necesidad del niño de ser contenido por un adulto. El límite, siempre y cuando sea señalado en modo amigable y con certeza, forma una frontera de seguridad y claridad. Para ello es recomendable el límite como un hecho y no como una petición, y que al momento de ponérselo a un niño, siempre se lo refuerce con aquello que sí puede hacer, siempre condenando el modo de proceder y no al niño en sí. Recordemos que es un recién llegado a la sociedad y aprender sus reglas lleva tiempo (y paciencia por parte de los educadores). Por otro lado, también es importante tener en cuenta que el niño pequeño vive en el presente, y es incapaz de comprender los castigos largos.
SABEMOS QUE LA LUZ NO PUEDE EXISTIR SIN LA OSCURIDAD, SI HAY SIMILITUD YA NO CABE EL DARSE CUENTA. SI SIEMPRE HAY LUZ, UNO YA NO VIVENCIA LA LUZ. TIENE QUE ESTAR PRESENTE EL RITMO DE LUZ Y OSCURIDAD (FRANCISCO PEÑARRUBIA) (6)
Buscaremos invitar al niño pequeño a transformarse desde un proceso rítmico de contracción y expansión. Proceso que le pertenece naturalmente, que reconoce tanto en el latir de su corazón, como en su respiración, en el ir del sueño a la vigilia. Proceso que ve reflejado en las estaciones del año y que se trabajarán en los distintos momentos y en las fiestas que los culminen. La Tierra es la compañera guía en el despliegue del niño como ser humano íntegro y libre. Los niños se funden con el mundo que los acuna y necesitan de una vida rítmica para poder dejarse llevar con confianza, sin incertidumbre. El ritmo crea estructura, solidez y límite ofreciendo seguridad para desenvolverse con libertad.
Las planificaciones se basarán en el ritmo de la Naturaleza. Durante el año se suceden las cuatro estaciones y a partir de ellas se trabaja en unidades didácticas que se vivencian cada una como un proceso. Durante las clases dentro y fuera del aula se concientiza a los pequeños sobre los cambios en el paisaje. En la planificación de cada momento aparecerán reflejados los cambios en la Tierra. Cada unidad es un proceso que tiene su cierre en la fiesta que lo culmina y lo trasciende, transformando al niño. En las celebraciones honramos las estaciones y se trabajan valores significativos para el desarrollo del niño. Los infantes aprenden de manera implícita, a partir de la participación en actividades, sin la inmediata reflexión y discusión al respecto. El aprendizaje no puede ser fraccionado en áreas individuales, ya que se trabaja de manera integral.
2. MOMENTOS PROPUESTOS
MOMENTOS DE TAREAS DOMÉSTICAS
El niño debe experimentar que los objetos y procesos que percibe tienen un sentido.
Vivenciar los procesos es enriquecedor para ellos: exprimir una manzana, moler el trigo, encerar las mesas, planchar. Citando a Blattmann y Kischnic, “todo trabajo manual estimula a los niños directamente y los incita a imitar. (…) Los niños necesitan modelos para sus juegos. El mundo entero, el cielo y la tierra se ponen a su disposición.” (7).
MOMENTOS DE JUEGO LIBRE
Para el niño, el juego es trabajo y mediante él logra conquistar su propio mundo. Conoce las cualidades y los reglamentos de su medio circundante. El niño descubre a través del juego las distintas leyes de la física. Es importante que se encuentre exento de intervenciones y de reflexiones por parte de los adultos. Ofrece la oportunidad, precisamente, de “recrear” el mundo al cual está queriendo comprender. El juego es una actividad sanadora para el niño. Él nos enseña en su manera de jugar, cómo se abrirá camino en la vida. Arminda Aberastury, psicoanalista infantil, explica que el niño, al jugar, lleva al exterior sus miedos, angustias y problemas internos (8). La acción le permite dominarlos, haciendo activo lo que sufrió pasivamente. Hay situaciones excesivas para su Yo débil que necesita reelaborar, modificar el final, ubicarse en diferentes roles. También le sirven para repetir las situaciones que le resultaron placenteras.
MOMENTOS DE RONDA
En el nivel inicial se trabaja desde rondas simples, recurriendo a la fantasía y al juego. De esta manera desarrollan la coordinación y la motricidad. También estimula la concentración, la orientación espacial, la creatividad y estética así como la capacidad de expresión y sensibilidad social.
Wilma Ellersie recomienda, que no debemos exigirle al niño imitar. Muchas veces necesitan su tiempo. Observar tranquilamente el juego, o incluso apartarse y ocuparse de otra cosa. Porque cada uno tiene su manera particular de asimilar lo que recibe del entorno (9).
MOMENTOS DE EURITMIA
Esta disciplina artística comienza a los cuatro años. En el nivel inicial se trabaja una hora de euritmia semanal, desde rondas simples, recurriendo a la fantasía y al juego. Como en el momento de ronda, se desarrollan y estimulan la coordinación, la motricidad, la orientación espacial, la concentración, la creatividad y la estética, la capacidad de expresión y la sensibilidad social.
MOMENTOS DE LABORES
El maestro los invita con el gesto de comenzar con sus actividades y los niños se van acercando, sabiendo por el ritmo semanal a qué actividad se están incorporando. Los trabajos rítmicos de los labores son calmantes y de naturaleza contemplativa, donde el niño, acompañado del adulto, debe ejercitar su atención, siendo esta una forma activa de meditación, propicia para el pequeño infante.
MOMENTOS DE DIBUJO Y PINTURA
Los niños son artistas innatos. Inconscientemente, se sumergen en la esencia de las cosas. En el niño de Nivel Inicial lo primero es el placer y el entusiasmo de crear, mucho después se encuentra el resultado. El niño disfruta el proceso, él vive en el presente. Quiere descubrir lo que está haciendo, sorprenderse él mismo con sus creaciones. Por ello es importante no darle constantemente indicaciones o hacerle preguntas, pues de esta manera el niño se confundiría al tener que ir hacia el pensar, cuando él vive puramente en las sensaciones.
MOMENTOS DE MÚSICA
En el jardín de infancia la música forma parte del ritmo cotidiano. La música puede modificar el clima automáticamente y es por ello una herramienta que el maestro no debe desperdiciar. El canto es sanador, profundiza la respiración apoyando la maduración de los órganos respiratorios y del habla. Los niños necesitan de la exploración directa. Disfrutar de la presencia de los instrumentos, tanto al escucharlos como al tocarlos, es muy distinto de escucharlos grabados.
MOMENTOS EN EL PARQUE
El niño se encuentra identificado con todo lo que lo rodea. Guiándolo en mantener y profundizar los lazos con la tierra veremos cómo comparte la visión de que merece su amor. Es hermoso descubrir con los niños las maravillas que nos esconden las plantas, el alegre asombro con el que viven el atractivo de la Naturaleza. El educador habrá de dirigir la imaginación del niño y compartiendo con él la magia de la vida en la primera flor de la primavera, los colores de las hojas de otoño, los sapitos escondidos en cuevas y el canto de los pájaros.
MOMENTOS DE CUENTO
El momento del cuento es al final de cada día. Cuanto más pequeños son los niños el cuento más breve debe ser. Desde los cuatro años, podemos acercarles las imágenes arquetípicas de los cuentos de hadas. En forma de imágenes, guardan los secretos de la existencia. Los niños se nutren de ellas al tiempo que estimulan su fuerza creativa. Bruno Bettelheim explica que muchos de estos cuentos de hadas expresan que la lucha contra grandes dificultades es inevitable y parte de la vida como ser humano, pero que si uno se enfrenta con firmeza vencerá los obstáculos y al final saldrá victorioso (10). Para que los niños puedan relacionarse con el contenido y su representación, como en todo proceso de aprendizaje, es fundamental que se prolongue en el tiempo. Así el lenguaje del poeta puede ser interiorizado. Por otro lado, al reencontrarse con lo conocido, adquieren confianza y seguridad en el lenguaje, además de sentir alegría.
3. CONCLUSIÓN
Comencé el trabajo de integración con el propósito de acercarles herramientas a los maestros del nivel inicial para el momento de conformar un diseño curricular basado en la pedagogía Waldorf, como puente entre el maestro y el niño. Al final del recorrido comprendí cabalmente que lo principal, más allá del diseño curricular, es lograr descubrir la esencia del niño pequeño, objetivo de la pedagogía Waldorf. Cuando la mirada del maestro se encuentra fundida con la del niño, cuando su corazón late junto al de él, no hay puente que construir: el maestro lleva al niño dentro, y todo lo que planifique, el horario que decida armar y hasta las fiestas que celebrarán serán conformes a lo que ellos necesiten vivir.
REFERENCIAS
- El Instituto Superior de Formación Docente “Perito Moreno” (DIPREGEP 7981). Posee las certificaciones Validez Nacional (INFoD); Waldorf World List 2014; Freunde der Erziehungsunst Ru dolf Steiners; Hague Circle; International Forum for Steiner/Waldorf Education.
- Lipton, Bruce H. La inteligencia de las células.
- www.sofiapereira.com/blogdereflexiones/Loscaminosdeldolor.
- Goleman, Daniel. Inteligencia emocional. Ed. Kairós. Buenos Aires.
- Oalander, Violet. El tesoro escondido: la vida interior de niños y adolescentes. Ed. Cuatro vientos. Buenos Aires, 2008.
- 6ww.psicoterapialasal.com/laspolaridadesentera piagestalt/. Peñarrubia, Francisco. Las polaridades en terapia Gestalt.
- Blattmann, E y R. Kiscnic. El juego infantil. Antroposófica. Buenos Aires, 2004.
- Aberastury, Arminda. El niño y sus juegos. Paidós. Buenos Aires, 1998.
- Ellersie, Wilma. Juegos de gestos y de mano. Para la primera infancia y la primera edad escolar. Ed. Pau de Damasc. España.
- Bettelheim, Bruno. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Editorial Crítica. Barcelona, 1975.
Sobre la autora
Manuela Ferreira es Licenciada en Psicología (USAL) y Profesora para la Enseñanza del nivel inicial (Instituto Superior de Formación Docente “Perito Moreno”). Se formó en Terapia Gestalt en el Centro Gestáltico San Isidro.
Las opiniones expresadas son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de Revista Numinous.