¿Cómo pensar equipos de trabajo en clave transdisciplinaria?

Por Numinous Antroposofía

POR: MAIRA PIRCHIO

Mural realizado por la artista Carolina Favale*

Me fascina el trabajo en conjunto con otros profesionales. En mi práctica como psicóloga me encuentro mucho tiempo sola, en el uno a uno con el consultante o con mis propios pensamientos sobre la clínica y cuando estoy compartiendo el trabajo con un equipo se me presenta siempre una luz nueva, un aporte fresco. Por momentos también florecen sentimientos de incomodidad y malestar, ya que las certezas que tengo sobre lo que hago se conmueven y me suceden situaciones que sólo acontecen en el trabajo colaborativo con otros, intransferibles al trabajo en soledad. 

¿Qué es lo que hace que un equipo funcione? ¿Cuáles son las bases para construir un equipo con mirada integrativa y transdisciplinaria?

Iré presentando un abanico de imágenes relacionadas a los equipos y la transdisciplina, y enunciaré los temas que desde mi experiencia fueron importantes para lograr un trabajo transversal y que forjaron ciertos posicionamientos para pensar los trabajos colaborativos. Voy a desplegar este abanico sin profundizar en todo lo que quisiera, pero si me detendré en algunos de sus dibujos para después cada quien se quede y profundice donde resuene. 

Este trabajo busca promover ciertas preguntas y amplificar modelos de pensar la práctica entre profesionales que persiguen objetivos similares. Para ello, tomaré ciertas claves para pensar en el código de la transdisciplinariedad, la cual invita a salirse de las disciplinas y armar un lenguaje común y transversal para abordar una problemática compleja como es el proceso de salud / enfermedad en el ser humano. 

“¿Cuáles son las bases para construir un equipo con mirada integrativa y transdisciplinaria?”

¿Qué es la transdisciplina?

“No olvides que la realidad es cambiante, no olvides que lo nuevo puede surgir y, de todos modos, va a surgir…”

Edgar Morin

En un artículo anterior(1) expliqué lo que es la transdisciplina y lo que Edgard Morin(2) propone en el abordaje de las problemáticas complejas. Sintetizando, el concepto de transdisciplina apunta a una forma de organización de los conocimientos que trascienden las disciplinas individuales haciendo énfasis en: a)lo que está entre las disciplinas, b) lo que las atraviesa a todas, y c) lo que está más allá de ellas. Para ilustrar lo anterior, podemos pensar que lo que está entre las disciplinas pueden ser los discursos que comparten, como los conocimientos científicos actuales que circulan en la comunidad. En referencia a lo que las atraviesa, los contextos políticos, sociales y culturales toman relevancia. Y a propósito de lo que está más allá de ellas, podrían ser marcos de pensamiento y de concepción no formalizados, no comprendidos cabalmente en la actualidad, como lo espiritual o lo kármico. Entonces la transdisciplina nos invita a cambiar de enfoque en el abordaje de lo que estamos estudiando, pone de manifiesto la necesidad de que los conocimientos se nutran y aporten una mirada global tomando como punto de partida la complejidad. 

Esta idea aspiracional sobre el diálogo entre las disciplinas y lo trascendental de la mirada interdisciplinaria, en la idea parece asequible, pero en la práctica falla. Desde las formaciones académicas, la enseñanza se desarrolla bajo el paradigma reduccionista y se propone que cada profesional haga un recorrido de aprendizaje centrado en una única disciplina. Esto, que opera como un primer obstáculo epistemológico en términos de Bachelard (3), funciona como un impedimento en la tarea de conocer. Así, lo que traemos de nuestra experiencia académica construye una manera de percibir y pensar la realidad con su consecuente valoración y ponderación, velando otras formas y discursos posibles en la construcción del conocimiento. En este punto es fundamental utilizar el método deconstructivo foucaultiano para comprender nuestra propia narrativa personal y profesional. ¿Cómo se puede pensar y operar de manera transdisciplinaria si solamente hemos aprendido a percibir el objeto de estudio desde un solo punto de vista? No nos han enseñado a observar las problemáticas desde un lugar amplio y complejo. Por eso es importante profundizar en este enfoque y encontrar las bases para la construcción de posibles caminos conjuntos. 

¿En soledad o en comunidad?

Si quieres ir rápido, camina solo.

Si quieres llegar lejos, ve acompañado

Proverbio africano

¿Se puede pensar en transdiciplinariedad trabajando en soledad? La transdisciplina tiene, al menos desde este punto de vista, dos aspectos: uno interno a cada profesional y otro externo referido al trabajo entre los profesionales, en el espacio de diálogo y en el compartir con otros colaboradores. El aspecto interno responde a cómo cada profesional tiene integradas las otras disciplinas al pensar y operar su práctica. Esto refiere a la capacidad de escuchar ampliamente y percibir al ser humano desde la amplitud de sentidos, utilizando la observación y los órganos de percepción anímicos. Pensemos el hipotético caso de una médica nutricionista del interior del país que atiende en centros de salud primaria. Ella cuenta con 10 minutos para conocer y trabajar con cada persona que se presenta. Pero entiende y forjó en ella misma una concepción de la alimentación y la nutrición de manera ampliada, donde confluyen pensares y sentires con respecto a la emocionalidad, las vincularidades y lo espiritual. Las preguntas que dicha profesional haga y el campo de exploración que facilite a la persona que tiene enfrente se enriquece y abre nuevos sentidos. Entre sus consultantes, habrá quienes se vayan pensando en cómo manejan sus vínculos y su emocionalidad, y en cómo puede mejorar su comunicación, en vez de sólo contar calorías para bajar de peso.

Con todo esto nos estamos refiriendo a la capacidad que tiene cada profesional de dejarse permear por las otras disciplinas que se abocan al mismo objeto de estudio. ¿Qué tanto sabe un cardiólogo de las emociones y el impacto que tienen en el corazón? ¿Qué conocimientos tiene una psicóloga sobre la relación entre la musculatura y el movimiento? ¿Cómo se aproxima un fisioterapeuta a los aportes del yoga sobre los centros energéticos? 

“¿Qué tanto sabe un cardiólogo de las emociones y el impacto que tienen en el corazón?”

Por otro lado, está el desafío del trabajo integrativo con otros profesionales, entre las personas que comparten una práctica. Aquí el desafío es mayor, ya que es necesario encontrar puentes discursivos que hilvanen el entramado teórico/práctico para pensar y trabajar en conjunto. Este es un paso más grande, pero que tiene como base cómo cada profesional tiene internalizada la integración y la transdisciplina. Es decir, para poder evocar un camino externo de colaboración con esta perspectiva, ese camino debe estar transitado internamente por cada profesional. 

Mural realizado por la artista Carolina Favale*

Muchas veces son los consultantes quienes motorizan la integración de las terapias. Tal vez alguien que va al médico y toma medicación alopática para su problema de hipertensión, al mismo tiempo utiliza flores de Bach para regular sus emociones y también se siente muy bien practicando yoga y meditación varias veces por semana. ¿Qué hacemos los profesionales con esa información y con esos otros profesionales o terapeutas que están interviniendo? Me gustaría traer una imagen para hablar sobre la economía de las fuerzas terapéuticas. Pensemos en lo siguiente: hay varios profesionales que quieren emprender un viaje con un consultante, ¿hacia dónde quieren emprender el viaje? ¿Están yendo todos hacia el mismo destino? ¿Están de acuerdo en el destino del viaje? ¿O hay quienes consideran que lo mejor es ir, por ejemplo, a las cataratas del Iguazú y quienes sostienen que lo mejor es ir a Bariloche? Supongamos que todos los terapeutas coinciden en que lo mejor es que el destino para ese consultante sea Bariloche. Entonces, ¿toman la ruta 40 o van por la costa? ¿Van todos juntos en el mismo momento, o uno de los terapeutas va primero para conocer el camino y después recomendar los parajes más importantes que observar? ¿Cómo se ordenan y organizan los profesionales para hacer una economía de las fuerzas en este viaje? 

Jerarquías discursivas

“El silencio de todos los seres humanos, hombres y mujeres, ancianos y niños, debería ser más alabado, más protegido, mejor resguardado. No sólo el silencio, sino ese silencio activo que es la capacidad de escucha […] que quisiéramos todos ver mejor distribuida entre los dones de este mundo”.

Ivonne Bordelois

Pensar en clave transdisciplinaria nos plantea el gran desafío de cuestionarnos el lugar jerárquico de los conocimientos. En un plano macro, una primera instancia a disputar es el aval del conocimiento considerado científico frente a otros saberes. En una escala más micro, dentro del campo de la salud, un eje de conflicto es el poder del discurso médico frente a otros discursos. ¿Se pueden conformar equipos que aúnen miradas científicas y no científicas? La medicina integrativa está realizando un intento de respuesta a esta pregunta. 

Con respecto al campo de la salud, el discurso médico se sitúa encumbrado, obstaculizando que otros discursos de diversas disciplinas bordeen y coloreen la imagen que intentamos pintar. Esto funciona como otro obstáculo epistemológico, entorpeciendo el camino hacia el conocimiento. Entonces cuando hablamos de transdisciplina, hablamos de una horizontalización del valor de los discursos. Esto quiere decir que todas las disciplinas que estén implicadas tienen valor. En algún caso, un discurso puede tener más peso que otro, pero no por el valor del discurso en sí mismo, sino por la problemática del caso en particular que se intenta comprender. 

“el discurso médico se sitúa encumbrado, obstaculizando que otros discursos de diversas disciplinas bordeen y coloreen la imagen que intentamos pintar”

Una imagen que puede ayudarnos a entender la horizontalización de los saberes es la manta tejida con retazos de tela. Todos los retazos son importantes, no hay uno más importante que otro y todos deben situarse en una misma dimensión para llegar a conformar la manta. Ahora, si volvemos a la imagen del viaje que se quiere realizar con el consultante, desde una mirada verticalista serían los médicos y médicas – dada la jerarquización de dicho discurso – los únicos que conocen la ruta hacia Bariloche. Son ellos los pilotos más preparados para conducir el vehículo, son los que saben cuál es el mejor y el único camino para llegar a destino y quienes cuentan, además, con los mejores mapas. ¿Ir por tierra y no por ruta? ¿A otro tiempo? ¡En bicicleta! ¡No tiene sentido!

La consecuencia de esto en la clínica es que una problemática compleja como es el proceso de salud/enfermedad de una persona sea abordado única y exclusivamente desde el plano físico. Esto quiere decir que el discurso médico torcería la lectura del diagnóstico hacia lo corpóreo, teniendo como última causa lo celular y molecular, a la vez que propondría un pronóstico y una terapéutica del caso relacionada a la toma de alguna medicación que intervenga en dichos niveles, dejando fuera otra explicación o abordaje.

Deteniendonos en esta imagen un tiempo más y con el afán de develar la complejidad a la que invita este tipo de propuestas, me gustaría compartir la experiencia universitaria en la carrera de psicología. En la universidad en la que estudié estaba claro el poder que tenía un tipo de teorización, sobre otras. Los discursos psicoanalíticos eran los preponderantes frente a los abordajes cognitivos, sistémicos y gestálticos. Y dentro del psicoanálisis, las ramas lacanianas y freudianas específicamente. Las explicaciones “más espirituales” ni siquiera formaban parte de la currícula ni del plan de estudios en la carrera. Entonces, dentro de cada disciplina también hay discursos que agencian más poder que otros y éstos son los que terminan siendo enseñados y reproducidos como saber válido. Es un gran trabajo el de ir deconstruyendo esos saberes aprendidos e ir construyendo nuevos saberes más transversales. 

El ensamble de instrumentos y el lenguaje común

Llegamos así a otra imagen del abanico que estamos abriendo juntos: un ensamble de instrumentos diversos sonando armoniosamente, lo cual nos habla del lenguaje en el cual las diferentes disciplinas pueden confluir. El universo musical nos muestra miles de instrumentos, cada uno de ellos tiene su propia manera de tocarse, sus sonidos son distintos, los elementos que los componen y cómo están dispuestos son únicos e intrínsecos para cada instrumento. Pero cuando se trata de construir una melodía, una canción, el lenguaje musical es el que atraviesa a todos los instrumentos y cada uno de ellos sonará teniendo en cuenta esa clave para poder dialogar con los demás y llegar a convertirse en algo mayor. 

Al respecto, la concepción antroposófica del ser humano nos permite abordar la problemática salud/enfermedad desde una perspectiva integral y común, en la cual las disciplinas pueden hacer uso del mencionado lenguaje para construir una mirada global. Lo interesante de esta concepción es que no delimita un solo camino para el viaje propuesto, sino que ofrece diferentes puntos de partida. 

Hay varias claves musicales para hacer una canción: se puede hacer en RE Mayor o en Do. Las puertas de entradas más conocidas y más usadas dentro de la medicina antroposófica son la cuatrimembración y la trimembracion del ser humano. 

Lo interesante de esta concepción es que no delimita un solo camino para el viaje propuesto, sino que ofrece diferentes puntos de partida” 

La cuatrimembración nos invita a mirar desde los diferentes cuerpos: físico, etérico o vital, astral y organización del yo. La trimembración propone un abordaje desde los sistemas neurosensorial, rítmico y metabólico-motor. Estas dos formas se pueden complementar y operar juntas, por ejemplo, si nos preguntamos: ¿cómo están trabajando y funcionando el cuerpo astral y el cuerpo etérico en el sistema metabólico motor de la consultante de la nutricionista citada anteriormente? Ante esta pregunta, el lente por el que mira la nutricionista la llevará a observar el funcionamiento de los ritmos de alimentación, excreción y actividad física de su consultante, sus hábitos nutricionales y vinculares, la forma de elaboración y asimilación de sus estados emocionales; así como también todo lo involucrado con el movimiento y la musculatura, específicamente en su metabolismo. Bajo el enfoque al que aspiramos, disciplinas como la médica, la nutrición, la psicología y cualquier terapéutica del movimiento -desde la kinesiología hasta la euritmia- pueden hacer sus aportes específicos.

Mural realizado por la artista Carolina Favale*

Otra puerta que ofrece la antroposofía es el abordaje desde los siete procesos vitales. Aquí la lupa la ponemos en cómo determinada persona respira, se nutre, crece, etc. 

En síntesis, la tonalidad musical en el que los diferentes instrumentos se posicionan para hacer una canción son múltiples y variables. La elección de la tonalidad, desde dónde y cómo, dependerá del manejo y el conocimiento de los diversos lenguajes por parte de los profesionales y de la problemática a abordar. A su vez, la práctica hace al conocimiento también, es decir que mientras más se trabaje desde una perspectiva, más se profundizará en ella. Lo cual es positivo, por un lado, y por otro, existe el riesgo de abordar siempre desde el mismo lugar, de tocar en la misma tonalidad todas las canciones, de tomar los mismos caminos para llegar a destino. 

¿Cómo ordenamos esta complejidad?

En cuanto a la práctica de trabajo con colegas de la salud, es fundamental que haya una organización y una metodología con perspectiva transdisciplinaria. Este es el comienzo de enraizar las ideas y las aspiraciones de la mirada integral. En este punto, los profesionales ya acordaron el destino del viaje, ahora se presentan otras preguntas: ¿Cómo se organizan? ¿Cuándo se sale? ¿Dónde se para? ¿Qué lleva cada uno? 

En salud es importante el primer encuentro con la persona que consulta, ¿Cómo se aborda ese primer encuentro en clave transdisciplinaria? El primer desafío en este sentido es abrir las miradas y los órganos de percepción. En los equipos que colaboré, una forma rica de allanar el camino de la integración es compartir con varios profesionales ese primer encuentro, plantear tratamientos conjuntos y entrevistas conjuntas. Hacer ingresar a otros colegas (cuando por lo general cada uno está solo con la persona a la que acompaña) enriquece la mirada, la percepción y las preguntas, y hace la práctica terapéutica menos solitaria.

En cuanto a la metodología, es sustancial que haya un lenguaje común, como mencioné anteriormente, y esto va a derivar en la búsqueda de una organización metodológica de ese lenguaje. Esto queda expresado en el armado de una historia clínica del paciente. ¿Qué información es importante relevar desde la transdisciplinariedad para arribar a una imagen integral de la persona que nos consulta? En una de las experiencias colaborativas en las que participé, se conformó una comisión de trabajo para confeccionar una historia clínica ampliada que aunara las miradas de las multidisciplinas. En esa comisión trabajamos profesionales de las disciplinas médica, psicológica, terapia artística y biográfica. Como resultado quedó conformado un formato de historia clínica con mirada integrativa que se usa hoy en día para hacer seguimiento de los consultantes. 

Embarcarse en el camino de la transdisciplina nos invita a salirnos de una sola manera de concebir el mundo, nos sumerge a abrazar lo misterioso y lo complejo de la humanidad, al mismo tiempo que promueve la producción de preguntas cada vez más amplias. Puede resultar abrumador encontrarse con tantos interrogantes, por eso el trabajo colaborativo no sólo es una forma de acompañar a los consultantes, sino también a los terapeutas en su labor. 

REFERENCIAS

(1) Pirchio, M. (2020), TRANSDISCIPLINA Y TERAPIAS COMPLEMENTARIAS ANTROPOSÓFICAS, Revista Numinous https://numinousantroposofia.com/transdisciplina-y-terapias-complementarias-antroposoficas/

(2) Morin, E. (2009), Introducción al pensamiento complejo, Madrid: Gedisa. 

(3) Bachelard, G. (2000) La formación del espíritu científico, DF México: Siglo XXI Editores

SOBRE LA AUTORA

Maira Pirchio es Licenciada en Psicología (UBA). Se formó en “International Anthroposophical Studies” en Goetheanum y en psicoterapia antroposófica en Buenos Aires, Argentina. Es Magister en Psiconeuroinmunendocrinología en la Universidad Favaloro. Interesada en el estudio, aplicación e integración de las terapias complementarias antroposóficas y en los abordajes transdisciplinarios.

Contacto: mairapirchio@gmail.com

*Imágenes de la artista: Murales por Carolina Favale. Contacto IG de la artista: cuore_carofavale

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